El crimen organizado ha incrementado su incidencia en América Latina, especialmente si se miran las actividades que les dejan réditos, como la trata de personas y el comercio de drogas sintéticas, según un informe elaborado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC, por su sigla en inglés). Los “mercados criminales” incluyen muchas más actividades, como la extorsión, el robo de combustibles y la piratería, entre otros.
