La fronteriza Cúcuta vuelve a pedir a gritos la atención nacional. La inseguridad y la violencia desbordan, una vez más, a la principal ciudad colombiana sobre la porosa línea limítrofe con Venezuela. Con menos de un mes en el cargo, su alcalde, Jorge Acevedo, denunció esta semana las amenazas de muerte de un cabecilla que decía pertenecer a las bandas binacionales AK47 y Tren de Aragua, parte del archipiélago de organizaciones criminales que se propone desarticular.