Durante la madrugada del 29 de enero de 1992, en Pativilca, localidad de la provincia de Barranca, a más de 170 kilómetros al norte de Lima, varios grupos de encapuchados irrumpieron en las casas de John Calderón Ríos, de 18 años, Toribio Ortiz Aponte, de 25, Felandro Castillo Manrique, de 38, Pedro Agüero Rivera (35), Ernesto Arias Velásquez (17) y César Rodríguez Esquivel. Los secuestraron, los torturaron, los asesinaron a balazos y arrojaron sus cuerpos en cañaverales. En los alrededores dejaron una pinta aterradora: “muerte a los soplones”.